viernes, 20 de noviembre de 2015

Berlinale

      Hace tiempo que no escribo, no porque no me apeteciese, sino porque siempre tienes mil cosas que hacer y lo vas dejando dejando...pero ya estoy aquí de nuevo.
Empiezo por contaros uno de mis viajecitos relámpago de este verano, la ciudad más cosmopolita (a mi entender) de Europa, Berlín.
Cuando llegué a Berlín, creyendo que con mi nivel B2 de inglés ;-) no tendría ningún problema, pues me equivoqué, todo estaba en Alemán (normal) pero mucha gente a la que preguntaba no sabía hablar inglés, asique tuve que tirar del idioma universal "los signos". 
Cuando iba en el tren, desde el aeropuerto, descubrí que estaba en una superciudad (de norte a sur unos 120 km, como Lugo - La Coruña), y cuando por fin pisé tierra firme comencé a descubrir ese Berlín del que habla todo el mundo. Gente variada, multiculturalidad, música en directo, puestos de birras y perritos por todos lados, pinturas, y sobre todo un calor bochornoso con el que no contaba (38 grados en julio), y empecé a mimatizarme con el ambiente. Pronto me di cuenta, diriegiéndome al hotel, que en Berlín hay dos centros, el casco histórico como en toda ciudad y el centro moderno (bastante alejado del histórico) rodeado de buenas tiendas, hoteles y restaurantes, entre ellos el mío, el Hilton.
Comencé mi recorrido por Berlín desde la Puerta de Bradenburgo, la isla de los Museos, el Monumento al Holocausto, la Postdamer Platz, hasta Alexander Platz, pasando por el Army Cheak Point, el Museo del terror, restos de Muro, la plaza de Gendarmenmarkt donde se encuentran las Iglesias Protestante y Católica, exactamente iguales con la diferencia de 1 cm más alta la católica pues fue construída más tarde y querían marcar la diferencia respecto a la Protestante  y colocadas una enfrente de otra. Todo esto sin dejar de ver en la calzada, las marcas (tipo raíl) que nos indican donde estaba levantado el muro, así como los Trabi(que eran los coches que se utilizaban en el régimen soviético de la RDA) y que todo el mundo tenía igual pero de distinto color) hoy en día convertidos en coches de alquiler turístico así como bicitaxis y cantidades inmensas de bicicletas por todos lados.
      Al día siguiente, visité la zona que más me impactó, no sé si la que más me gustó, pero si más me marcó, el East Side Gallery, que es el lugar donde se encuentra el trozo más largo de muro aún levantado (casi unos 2 km) que nos permite imaginarnos una milésima parte de lo que debió ser el levantamiento de dicho muro (en una sóla noche) la división de familias, de noviazgos, de padres e hijos, el terror que esa gente vivió dividida entre la Alemania del Este y del Oeste.


       No me fui de Berlín sin dejar de visitar el Reichstg, así como sus alrededores, hoy me doy cuenta cuando los corresponsales de Berlin dan alguna noticia lo hacen desde ahí. También me dio tiempo a subir a la terraza del Panorama y de la discoteca Weekend, que se encuentran en dos de los rascacielos más altos de Berlín desde donde puedes ver toda la ciudad.
Otros lugares que también me enamoraron, además de su cantidad enorme de tiendas chic y alternativas, fue el malecón y el paseo en las laderas del río enfrente de la catedral de Berlin y la Sinagoga, y donde también estaba el museo de la RDA.
Aún me quedan más sitios para contaros...pero, para resumir os diré que TENEIS QUE IR!!! y descubrir la historia "amarga" de esa moderna ciudad, el antes y el ahora...
P.D.: no dejeis de probar toda clase de salchicas y beers, todas merecen la pena y si estais un domingo visitar el Karaoke Gigante que se celebra en Mauerpark, así como el mercadillo que está al lado.
Danke und.