jueves, 26 de agosto de 2021

Otro agosto que se va…


Y así, sin darnos cuenta me encuentro sentada en el sofá en la misma postura que comencé las vacaciones y que casi hace dos meses no había vuelto a ella.

¿Qué tal os está tratando el verano? Yo la verdad no me puedo quejar. La primera mitad del mes de julio disfruté del océano atlántico y del cantábrico en mis playas favoritas, aunque no tanto como me hubiese gustado pues la climatología no nos acompañó.



En la segunda mitad pude disfrutar de las maravillosas aguas cristalinas del mediterráneo en las Illes Balears.

Por fin, conocí la Isla de Formentera (otra más para la colección) y la realidad superó todas mis expectativas. Me enamoré de su parque natural en Ses Illetes y del islote de Espalmador, y allí pude contemplar la única puesta del sol en el mar de toda la isla, tomándome un San Francisco en el Tiburón y viendo el ambientillo del Beso Beach que se encuentra en el propio parque. Me cautivó el largo paseo hasta el Cap de Barbaria donde se encuentra el Faro más al sur de la isla, así como la cueva que atraviesa el acantilado, así como el Faro de la Mola. Entre los pueblecitos de La Savina, de Es Pujols o de San Francisco, me quedo con este último por sus callecitas llenas de tienditas especiales, su Iglesia en el centro del pueblo y los auténticos bares de la isla.

Me llamó la atención como los “Staffs” de los restaurantes llevaban las paellas en la cabeza en los chinchorros para llevarlos a los superyates en Cala Saona.

Pero lo que más superó mis expectativas fue la playa de Migjorn, su agua cristalina y caliente, su arena fina para poder pasear, el chiringuito de Vicente (donde podías tomarte una Estrella Dam sin sentirte atracado) y además, de codearte con lo más chic de Casa Pachá para contemplar la puesta de sol desde el Pirata Bus con los más hippies de la isla.




Una vez más la vespa fue nuestra compi de viaje, aunque esta vez hubo un vehículo que arrasaba en toda la isla, el Citroën Mehari, del cúal también me enamoré…💕



No me fui de Formentera sin disfrutar de mi isla favorita Eivissa, fue corto pero intenso, disfruté de Ses Salines y de Dalt Vila, aunque este año la pandemia hizo que no pudiésemos disfrutar de los espectáculos callejeros, estoy segura que pronto volverá a ser lo de siempre.


A la vuelta de este paraíso regresé a Nuestro Paradise de Galifornia y Asturias, a disfrutar de nuevos chiringos en las playas de San Vicente o la Lanzada, como la Cala Raeiros o el Bico Beach de Pragueira, A Boa Vida en la Illa de Arousa, el Naútico de Vilanova y, como no, el Menos Mal de la preciosa playa de Porcía. 


Y con ello agosto se nos está yendo amigos míos, pero no el verano y recordad que hasta mi cumple aún no es otoño 😜, mientras tanto dejad que las olas nos lleven a nuestros sueños…